Claudia Pardo, Content Specialist en Sunhero y firme defensora de que la energía solar puede transformar el mundo.
17/07/2024
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Índice
La energía radiante es una forma esencial de energía en nuestro planeta que, a menudo, pasa desapercibida debido a que solo una pequeña fracción es visible para el ojo humano.
Se trata de una fuente de energía que proviene principalmente del sol, se propaga en forma de ondas electromagnéticas y, a veces, se requiere de un equipo especializado para detectarla.
Además, podemos considerar que la energía radiante es vital, ya que la utilizamos en múltiples áreas como las comunicaciones de larga distancia, la agricultura o para calentar nuestras viviendas.
La mayor fuente natural de energía radiante es el sol, que emite ondas electromagnéticas que llegan a nuestro planeta y son esenciales para procesos como la fotosíntesis. Además de la luz solar, las estrellas también emiten energía radiante, aunque, naturalmente, no la aprovechamos al mismo nivel debido a su distancia y menor intensidad si las comparamos con el sol.
Si nos centramos en el ámbito artificial, encontramos múltiples usos de la energía radiante. Las bombillas, por ejemplo, proporcionan iluminación mediante la emisión de luz, los hornos microondas utilizan ondas de alta frecuencia para calentar alimentos, y los equipos médicos de radiodiagnóstico, como los rayos X, utilizan radiación para obtener imágenes internas del cuerpo humano.
Dependiendo de la intensidad, la frecuencia y la longitud de onda, podemos diferenciar varios tipos de energía radiante. Estos son algunos de los más importantes:
La energía solar es una forma de energía radiante que se ha convertido en una pieza clave en la transición hacia fuentes de energía más sostenibles. Utilizando tecnologías como paneles fotovoltaicos y colectores solares térmicos, la energía del sol puede ser capturada y transformada en electricidad y calor.
Si hablamos de energía solar, podemos diferenciar entre dos tipos principales: la energía solar fotovoltaica y la energía solar térmica.
La energía solar fotovoltaica utiliza paneles solares que convierten la luz solar directamente en electricidad mediante el efecto fotovoltaico. Esta tecnología es ideal para el autoconsumo y puede ser instalada tanto en hogares como en grandes plantas solares.
Por otro lado, la energía solar térmica utiliza colectores solares para absorber el calor del sol y transferirlo a un fluido, que luego se utiliza para generar vapor y producir electricidad para calentar agua y diferentes espacios. Esta tecnología se suele utilizar tanto como para usos industriales como residenciales.
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