Claudia Pardo, Content Specialist en Sunhero y firme defensora de que la energía solar puede transformar el mundo.
02/08/2024
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La energía solar se ha consolidado como una solución energética cada vez más atractiva, ganando terreno frente a las fuentes de energía convencionales.
A la hora de planificar la instalación de un sistema fotovoltaico, es importante decidir entre un sistema conectado a la red(on-grid) o un sistema aislado (off-grid).
En este post, explicaremos las principales diferencias entre estos dos sistemas y nos adentraremos en las ventajas y desventajas que ofrecen.
Una instalación fotovoltaica conectada a la red, también conocida como “on-grid”, implica que el sistema está vinculado directamente a la red eléctrica.
Esta configuración permite a los propietarios consumir electricidad generada por los paneles solares y vender el excedente de energía a la red.
La instalación fotovoltaica conectada, presenta unas características específicas, algunas son consideradas como ventajas y otras, como desventajas. A continuación, repasamos alguna de ellas:
Menor inversión inicial: Este sistema, al no necesitar baterías de almacenamiento, los costes de instalación son bastante menores. Esta reducción en los costes iniciales permite amortizar el sistema más fácilmente, haciendo que la inversión en energía solar sea más accesible y rentable a corto plazo.
Venta de Excedentes: Los usuarios pueden vender el exceso de energía generada por sus paneles solares a la red eléctrica mediante el balance neto. Cuando los paneles solares producen más electricidad de la que se consume, el exceso se envía a la red y se registra como crédito. Este crédito compensa el costo de la electricidad consumida cuando los paneles no generan suficiente energía, como por la noche o en días nublados. Con el tiempo, estos créditos pueden acumularse y cubrir totalmente el consumo eléctrico, resultando en una factura de cero.
Fiabilidad: Un sistema fotovoltaico on-grid es altamente fiable, ya que la red eléctrica actúa como respaldo cuando los paneles solares no generan suficiente energía, como durante la noche o en días nublados. Esto asegura un suministro constante de electricidad ya que siempre tendrán acceso a la energía necesaria.
Dependencia de la red eléctrica: Si hay un corte de energía en la red, el sistema dejará de funcionar, ya que depende de la red para operar. Durante los apagones, no habrá suministro eléctrico, incluso si los paneles solares están generando energía. Esto se puede solucionar con una batería de almacenamiento, que permite seguir utilizando la energía generada por los paneles solares.
Por otro lado, una instalación en red aislada, o “off-grid”, no está conectada a la red eléctrica y depende completamente de la energía generada por los paneles solares.
Este tipo de sistema requiere baterías para almacenar la energía.
Independencia Energética: Los usuarios son completamente independientes de la red eléctrica y no se ven afectados por los cortes de energía. Esto significa que pueden acceder a un suministro eléctrico constante sin preocuparse por las interrupciones de la red.
Ubicaciones remotas: Este sistema es ideal para áreas rurales o más aisladas donde no hay acceso a la red eléctrica. En estas regiones, instalar un sistema fotovoltaico aislado puede ser la única opción viable para obtener electricidad.
Inversión inicial alta: La necesidad de baterías y otros componentes de almacenamiento aumenta los costes iniciales. Estos sistemas requieren una inversión mayor en tecnología avanzada y equipos adicionales, lo que puede hacer que la instalación inicial sea considerablemente más costosa en comparación con los sistemas conectados a la red.
Mantenimiento de baterías: Las baterías requieren mantenimiento regular y tienen una vida útil limitada, lo que implica reemplazos periódicos. El cuidado adecuado de las baterías es esencial para garantizar su funcionamiento eficiente y prolongar su vida útil, pero esto conlleva un esfuerzo adicional y costes continuos.
Limitación de energía: Durante períodos prolongados de mal tiempo o alta demanda, puede haber limitaciones en la disponibilidad de energía. Los sistemas fotovoltaicos aislados dependen exclusivamente de la energía solar y de la capacidad de almacenamiento de las baterías, lo que puede resultar insuficiente en condiciones adversas o durante picos de consumo elevados.
Un sistema fotovoltaico típico incluye paneles solares, un inversor, un sistema de montaje y, en el caso de redes aisladas, baterías. Los paneles solares capturan la luz solar y, mediante el efecto fotovoltaico, convierten la energía solar en electricidad. El inversor convierte esta electricidad de corriente continua (DC) a corriente alterna (AC), que es la forma de electricidad utilizada en la mayoría de los hogares y negocios.
En definitiva, la elección las instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red como las de red aislada dependerá de factores como la ubicación, el presupuesto, y las necesidades energéticas específicas de cada usuario.
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